A la hora de hacer un balance de la situación, la Doctora en Estudios Americanos, comenzó señalando que efectivamente “ha habido un aumento sostenido de las migraciones a nivel internacional y esto no pasa solamente en nuestras fronteras. Uno de los primeros elementos que debemos considerar es que estamos frente a una crisis humanitaria y, a nivel regional, la comunidad más afectada es Venezuela”.
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“Me parece que son medidas disuasivas, pero no necesariamente impactan los flujos migratorios. Estados Unidos tiene ríos, desiertos y la gente entra igual. No existen barreras. Entonces, la única forma de abordar esta problemática es con una mirada regional”, advierte la académica. Es una situación de cuidado porque “puede provocar un problema bilateral de mayor envergadura con los gobiernos vecinos”.
El día de hoy, la reconducción de migrantes que ingresan a nuestro país de manera irregular hasta Bolivia no es posible, salvo que sean ciudadanos bolivianos. A los venezolanos, colombianos, entre otros, no los reciben. ¿Está regulado a nivel internacional?
Ese reconocimiento no está dentro de la normativa. Si tú quieres hacer procesos de reconducción, necesariamente deben estar establecidos los mecanismos entre ambos países. Sino, es como dejar a los migrantes y refugiados a la deriva.
Un elemento importante es mirarlo al revés, ¿qué pasaría si desde Bolivia nos enviaran personas desde Venezuela? Diríamos que no nos corresponde.
Bolivia es un país de tránsito para estas personas, pero no ingresan de forma regular y los países no tienen mecanismos claros ni los recursos para poder velar por eso. Es muy complejo.
Nosotros, desde la Academia, trabajamos con personas de Ecuador, Brasil, México y las problemáticas son exactamente las mismas y lo único que sabemos es que hay que llegar a un acuerdo interregional que permita solucionar sin necesidad de que desborde y de creer que esto último es lo correcto. Hay que proteger los Derechos Humanos de las personas y asumir que es una crisis humanitaria.