Byron Duhalde en entrevista para Diario USACH sobre estimación actualizada de población extranjera en Chile

EXTRANJEROS RESIDENTES EN CHILE ALCANZAN LAS DOS MILLONES DE PERSONAS: LA MAYORÍA VIENE DE VENEZUELA, PERÚ Y COLOMBIA.

En materia de distribución geográfica y lugar de residencia, la región Metropolitana sigue concentrando la mayor parte de la población extranjera, con un 56,8%, seguida de Antofagasta con un 6,7% y Valparaíso con un 6,4%.

El Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentaron la “Estimación de personas extranjeras residentes habituales en Chile 2023”. Según los datos oficiales, el total estimado es de 1.918.583 personas extranjeras residentes al 31 de diciembre de 2023, esto representa un crecimiento absoluto de 82.446 personas y un incremento relativo de 4,5% respecto de 2022.

Entre sus principales resultados destaca que 979.571 son hombres y 939.012 mujeres. Respecto a las nacionalidades, la mayoría de las personas extranjeras residentes en Chile son de Venezuela 728.586 (38%), seguido de Perú 260.785 (13,6%), Colombia 209.946 (10,9%), Haití 188.131 (9,8%), Bolivia 180.266 (9,4%) y Argentina 83.265 (4,3%).

En cuanto a las edades, se observa una mayor concentración en el rango etario entre los 30 y 39 años, especialmente en el subgrupo de 30 a 34 años (16,8% del total). En relación con los niños, niñas y adolescentes (NNA) migrantes se estima que en Chile residen 302.306 de hasta 19 años, lo que representa el 15,8% del total de la población estimada.

POCA DISTRIBUCIÓN

Según los datos entregados por el INE, en materia de distribución geográfica y lugar de residencia, la región Metropolitana sigue concentrando la mayor parte de la población extranjera, con un 56,8%, seguida de Antofagasta con un 6,7% y Valparaíso con un 6,4%.

Este último punto es uno de los que más preocupa a las autoridades, ya que la mayoría de la población extranjera se ha asentado en pocas regiones, lo que colapsa algunos sistemas, como salud, educación o vivienda.

“Es necesario una coordinación intersectorial entre el Estado y los gremios empresariales, que permitan identificar sectores de la economía con necesidad de mano de obra, y así desarrollar medidas orientadas a fortalecer los sectores productivos, junto con dar oportunidades de inclusión social a las personas a través del empleo", comentó Byron Duhalde, del Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Santiago.

Agregó que "el no tener esto en cuenta, hace que los flujos se movilidad se desarrollen en función de las redes migratorias, lo que, sin una adecuada gestión, puede ser perjudicial no solo para la población migrante, sino también las comunidades de acogida”.

DESAFÍOS

Con estas cifras sobre la mesa, es fundamental entender los desafíos que tiene el Estado chileno, y la sociedad en general, para hacer frente a una realidad que se ha presentado al alza en los últimos años.

Según los especialistas, para generar políticas relacionadas a la migración es fundamental entender que los flujos de movilidad en América Latina poseen características particulares, pues no constituyen solamente una migración de carácter económico, existen mixturas en los flujos, donde el desplazamiento forzado y las causas que lo producen, están vinculados a situaciones de riesgo y vulnerabilidad.

“Es necesario consolidar instancias multilaterales con perspectiva de Estado entre los países de América del Sur, que se traduzcan en medidas concretas de cómo gestionar multilateralmente estos flujos de movilidad, con perspectiva Humanitaria (…) Hay que considerar medidas de acceso a la información sobre los derechos y deberes de las personas en situación de movilidad, entendiendo las particularidades de estos desplazamientos. Ya que las personas no ingresan de forma irregular por elección, sino más bien por necesidad”, comentó Byron Duhalde, quien aseguró que también es importante trabajar en las comunidades locales para promover la buena convivencia entre quienes habitan el país y los “nuevos vecinos”.

“El trabajo con las comunidades locales y de acogida es fundamental para promover una adecuada convivencia social, que respete los derechos y deberes de quienes habitan, y de quienes llegan, partiendo de una base de respeto a los derechos humanos de todas y todos”, sostuvo.

Fuente: Diario USACH

Fotografía: Marcelo Perez Del Carpio (Getty Images)