Byron Duhalde en entrevista para EMOL sobre estimación actualizada de población extranjera en Chile

¿Es Chile un país de inmigrantes? Los desafíos, los datos y la situación en el país

Casi el 10 % de la población en Chile es extranjera, lo que representa un cambio significativo en las estructuras de la sociedad.

Con el pasar de los años, Chile se ha convertido en un lugar atractivo para los migrantes, su estabilidad económica y social, por sobre otros países de América Latina, son factores que han influido en la toma de decisiones del migrante para residir en el país. De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones (Sermig), que presentaron la “Estimación de personas extranjeras residentes habituales en Chile 2023”, el total estimado es de 1.918.583 personas extranjeras residentes al 31 de diciembre de 2023, lo que representa un crecimiento absoluto de 82.446 personas y un incremento relativo de 4,5% respecto de 2022.

Entre los resultados más importantes del estudio, destaca que 979.571 son hombres y 939.012 son mujeres, y la nacionalidad que más predomina es la de Venezuela con 728.586 (38%). Le sigue Perú con 260.785 personas (13%), Colombia 209.946 (10,9%), Haití 188.131 (9,8%), Bolivia 180.266 (9,4%) y Argentina 83.265 (4,3%).

Ahora, al observar la distribución geográfica, la mayoría de ellos se encuentra en la Región Metropolitana, con un 56,8% del total estimado para el 2023, lo que equivale a 1.089.049 personas. Le sigue Antofagasta con un 6,7% y Valparaíso con un 6,4%.

La estimación de ambas instituciones considera a personas en situación irregular, contabilizándolas dentro de los datos de extranjeros residentes. Estas cifras evidencian que el 9,91% de la población del país es extranjera, considerando una proyección de 20.086.377 habitantes a junio de este año.

Los desafíos y consecuencias

Álvaro Bellolio, exdirector del Sermig en el gobierno de Sebastián Piñera, explica que el crecimiento de la población migrante en Chile, que ya representa casi un 10% de la población total, puede ser tanto una oportunidad como un desafío, esto dependerá de que se respete la legalidad y se controle adecuadamente la irregularidad migratoria.

“Este fenómeno exige políticas claras que fomenten una integración responsable y sostenible, garantizando tanto la cohesión social como el uso eficiente de los recursos públicos. Sin embargo, el cambio migratorio tan rápido ha generado fuertes presiones sobre la institucionalidad y la sociedad chilena, considerando que la población extranjera aumentó de 400 mil a casi 2 millones en solo 10 años”, advierte.

Byron Duhalde, director ejecutivo del Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Santiago de Chile, señala que la cifra entregada por el INE plantea el desafío de trabajar en políticas de integración que permitan obtener beneficios de la migración: “Un estudio realizado por el Banco Mundial en 2024, plantea que el bono demográfico, el impacto macroeconómico y el impacto fiscal son los principales beneficios en términos de poder articular un escenario propicio para el crecimiento económico. Estas medidas deben desarrollarse en conjunto con las comunidades de acogida, con el fin de promover la cohesión social entre nacionales y migrantes”.

Las creencias

Ahora bien, en cuanto a las creencias que existen alrededor de la migración, como que “colapsan” los sistemas de salud o le “quitan” prioridad a las personas nacionales, Duhalde explica que se ha demostrado en estudios, como el realizado por el Centro de Estudios Públicos (CEP), que los migrantes en igualdad de condiciones usan menos las consultas médicas respecto a la población chilena.

“Complementariamente, otro estudio que aborda los ámbitos más demandados por la población migrante en municipios, sitúa los servicios de salud en segundo lugar, siendo el primero, la orientación respecto al acceso al empleo. Asimismo, otro punto que ha sido ampliamente documentado, tiene que ver con las barreras que presenta la población migrante en el acceso a los servicios de salud, las que se profundizan aún más para personas en situación migratoria irregular”, detalla.

En una línea contraria, Bellolio puntualiza que “aunque los servicios de urgencia y atención primaria están diseñados para atender a todos, la saturación del sistema es evidente en regiones como el norte del país, especialmente en casos como el Hospital de Iquique. La situación se agrava al considerar que más de medio millón de extranjeros no cotizan, pero utilizan los servicios de salud. Esto refleja un desajuste entre la capacidad institucional y el aumento descontrolado del ingreso de migrantes. Es fundamental avanzar hacia un modelo en el que todos los usuarios contribuyan y se distribuyan equitativamente los costos, disminuyendo la presión en las regiones más afectadas y en los servicios públicos críticos”.

En cuanto a la educación y ofertas laborales, Bellolio explica que en áreas de trabajos especializados o con estudios superiores, los migrantes suelen ser complementarios y aportar al desarrollo del país. Por ello, “es crucial planificar la atracción de profesionales extranjeros, como especialistas médicos, para regiones con déficit, de forma proactiva y estructurada, evitando respuestas reactivas ante la crisis”.

Asimismo, agrega que Chile enfrenta un momento clave para gestionar la migración como un factor positivo de desarrollo y “esto solo será posible si se priorizan la legalidad, la equidad y una planificación estratégica que permita abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades de este fenómeno”.

Fuente: EMOL Social Facts